domingo, 31 de mayo de 2009

lunes, 18 de mayo de 2009

nada fashion mantrita

creo que lo mejor que podría pasarme en esta vida es trabajar en una ONG. y eso porque a pesar de todo lo dicho por mi querida martinacha, prefiero un lugar de trabajo en el que hayan toallas en vez de papel, a un lugar en el que ni siquiera hay papel y ponen un jabón líquido que nunca se disuelve y huele muy fuerte. porque luego de estar sentado y de pie por más de dos años, ahora cambié, me fui, me mudé de manera inesperada y loca a un lugar diferente en el cual las funciones no son tan diferentes pero el ambiente de trabajo y la gente sí lo son. por eso, puedo decir que he llegado, o mejor dicho, he vuelto a un lugar al que pensé que jamás iba a regresar, pero puta madre allí estoy de nuevo y aquí vamos otra vez. o quizás es mi infausto destino cruel e inmanejable que me condena a ubicarme nuevamente en un lugar en el que me siento de pie y me siento de más. claro está que mi inquebrantable sentido del humor y mi deseo por pasarla bien hasta en las peores circunstancias y en los lugares menos cómodos del planeta han podido más hasta ahora, a pesar de los muchachos o quizás debido a ellos que, como en cualquier nuevo lugar, son personas que uno empieza a conocer y con las que puede lograr alguna rebuscada empatía, encontrando en ellas de alguna forma cosas interesantes, cualidades o habilidades inesperadas, asi como también, defectos y deslices que te parten de risa y que te dejan más que perplejo. sin embargo, hay muchas situaciones y mucha gente contra las que simplemente no se puede, contra la que no puedes luchar asì te encuentres sumamente armado y con las corazas más duras que te sirvan de escudo ante la lacerante ineficacia e indiferencia de seres pusilánimes y zanganoides. por eso mantra, preferiría ver mis paredes con afiches y mensajes que me intenten lavar el cerebro (con Ña pancha por favor) antes que ver estantes en los que las paredes no se aprecian. claro, veo las ventanas y a través de ella la calle, las pistas, los edificios, carros y gente corriendo, pero te cuento no es nada gratificante y mucho menos divertido. hay un olor particular, hay luz blanca y un desorden impuesto sobre el cual debes caminar y pasear tu humanidad para acomodarte y no chocarte contra montañas de papeles y muebles que parecen mirarte con ojos inquietos y sonrisa fingida, cuando en el fondo sabemos que están siendo tan hostiles o descarados como los pusilánimes a los que hice referencia. por eso, mil veces antes de preferir estar en la posición que describo, quisiera estar en la hospitalaria casita "oenegesiana" creyéndoles a los dueños del circo que tienen la sincera intención de combatir la pobreza y que desde su status caviar actúan con mucha conciencia social, cualquier cosa antes que estar de cabeza y por fuerza en el palacio de los tormentos. no es nada fashion, si vieras, si pudieras...