jueves, 16 de julio de 2009

Mal estar mal

Ayer tuve un sueño extraño. Soñé que iba a dar un concierto en una especie de American Idol pero universal, y que mientras esperaba en mi camerín, me contemplaba en el espejo. Lo curioso es que la imagen reflejada era de diversas mujeres, una rubia y delgada, casi anoréxica, y la otra de una morena con cabellera abundante y cuerpo generoso. Mientras contemplaba fascinada el reflejo de alguien que conscientemente sabía que no era yo, me tocó el turno de salir al escenario y cantar. Entonces desperté. Hoy, mientras me encuentro trabajando, revisé un diccionario virtual de los sueños y encontré que lo soñado significa la muerte, eso o una enfermedad o una depresión. Vaya. Me pareció interesante la analogía espejo-muerte, o en todo caso el mal augurio que representa. Por primera vez sueño con algo que significa algo malo, algo negativo, porque todo lo demás siempre han sido cosas buenas, buena suerte, felicidad amor dinero y salud.

Todo el mundo siempre recurre a la astrología y a esas seudociencias para saber si les irá muy bien en esos aspectos, así como también recurren a miles de libros de autoayuda para ser supuestamente felices. Incluso, últimamente aparecen libros sobre un mejor desempeño sexual, a cada cual con más secretos para tener mil o más explosiones de placer. Ok, pero acaso han hecho algo para cambiar realmente su estilo de vida, o han intentado algo radical para ser felices?

Hablo de una mayoría que trabaja bajo una gran presión, aquella que a veces puede amanecerse haciendo un balance o una auditoría, aquella que a veces recurre a algunas pastillas para poder dormir, esa misma mayoría con mil tarjetas de crédito que a fin de mes suda para pagar sus cuentas, aquella masa que intenta ser superficialmente feliz con libros, revistas, alguna que otra terapia y baños o tarotistas.


Ah, claro, están también esos recursos "alternativos", como el yoga, los naturistas, las flores de Bach, y mil cosas más que van apareciendo para otorgar una aparente tranquilidad.


Si es que en verdad no van a cambiar su modo de vida y mucho menos su forma de pensar en lo esencial, entonces no deberían buscar un supuesto bienestar, porque realmente no lo van a obtener. Deberían ser más consecuentes y entonces así podrán estar tranquilos con sus consciencias. Dejar de ir al gym porque han pasado un día agotador en la oficina o porque el día anterior estuvieron bebiendo hasta perder la consciencia, comer todo tipo de grasas, escuchar música decadente y perturbante, leer sólo basura (si es que leen), ver a Magaly sin reprocharla, rajar de todo el mundo sin retractarse jamás, manejar incumpliendo todas las reglas de tránsito posibles. Esa es tu identidad, ésa es tu verdad. Siéntete mal, estáte mal, que te vaya muy muy mal.

Tal vez sólo así al menos podríamos ser honestos.

jueves, 2 de julio de 2009

Electro Cutado

lo siento mucho mantri, pásame la mantri. no he podido estar, no he podido decir ni pronunciarme sobre lo que nos convoca aquí. todo es culpa de la rutina laboral, de las obligaciones, tú lo sabes y muy bien. pero es que no resulta fácil. no es para nada sencillo ni mucho menos suave o ligero adoptar una posición de persona laboriosa y emprendedora cuando tienes que enseñar el abecedario a unos analfabetos que no quieren aprender. así pues, como existe ese famoso dicho (y yo no soy muy creyente de los refranes y cosas similares) no hay peor ciego que el que no quiere ver, pues tampoco hay peor bruto que el no quiere aprender, o no hay peor vago que el no quiere trabajar. y vagos veo, a diario, alrededor y sin descaro. portan la bandera del ocio y se regocijan en su conchudez, a pesar de que el señor chato y lisuriento les dice sus verdades. no es necesario que les llamen la atención, pues también les llaman desde su casa y les llaman para decirles cosas intrascendentes que provocan el hueveo a plenitud. en fin, es complicado explicarlo todo sin que se den cuenta y sin que me acusen con el dedo gordo (de la mano o del pie). pues no interesa, ya lo dijo mantra, lo digo yo también: estamos en unos lugares de reposo en los que pasamos gran parte del día, esos sitios llamados centros laborales donde las múltiples tareas que nos encargan hacen que nos olvidemos o nos bloqueen (felizmente o lamentablemente) todas las ideas y manifestaciones de locura y demencia que son tan connaturales a uno. a ella martina mantra y a mi nico electro, nos dan ganas de zapatear y de pitear por la situación difìcil que debemos sobrellevar, sin poder plasmar ni emitir, a viva voz y sin roche alguno, todo lo que pensamos y creemos. entonces, mientras, si van a querer entender, solo deben leer este blog y verán que la locura laboral existe y nos gobierna, de lunes a viernes, o quizás sábados también. no chambeen.