lunes, 30 de marzo de 2009

Yo no quiero ser como tuuuuuuu!!!!!

Aquí en mi trabajo ya van dos personas que se van a casar. El primero, un adultescente de 35 años, abogado, cabellos negros pero abundantes y muy bien recortados, que todavía asiste a los conciertos de Iron Maiden y al de Kiss, con su lista de regalos en Aldo & Co., que viste trajes Boss pero que se siente "diferente"por escuchar música "rarita". La segunda, abogada también, 27 años, con toda su vida trazada de principio a fin, bastante seria, buscando departamentos en Miraflores y San Isidro, con su novio (abogado, qué casualidad), ajetreadísima por ultimar los últimos detalles de una boda que pretende ser fastuosa.

Los otros habitantes de mi ámbito laboral tienen novio, con planes a futuro, igualmente van a beber a Huaringas los fines de semana, se mudan a Asia durante el verano, asisten a un gym después de trabajar y comen en el Friday's durante su refrigerio.

Hasta ahí todo bien, aparentemente. Estoy describiendo un mundillo que resulta ser un lugar común para todos, y de lo que se ha hablado hasta el hartazgo.

Pero qué pasa cuando entra un elemento discordante en esa comedia humana, alguien que solamente se detiene a observarlos con detenimiento, lo cual les resulta sumamente incómodo y casi amenazador. Ese elemento que hasta ahora sigo siendo yo.

No pretendo cambiar sus pensamientos ni alterar en absoluto sus rutinas, porque es algo imposible, pero

No pienso unirme a nadie en muchísimo tiempo, ni creo en la familia y cada vez menos en el amor,
la soledad es un bien cada vez más y más apreciado por mí,
no me gusta entrar a lugares concurridos donde lo más importante sea ser observado,
no me importa tanto la apariencia,
si bien intenté entrar en un principio en el juego del yopin, ahora puedo estar tranquilamente con el mismo jean una semana (incluso más),
no me gusta llamar la atención,
puedo ser feliz bebiendo mi lata de cerveza frente a una buena película (pirata por supuesto),
me gusta mucho leer libros, y podría pasarme una noche del sábado leyendo sin problemas,
no me gusta tener muchos amigos, ni verlos a menudo,
no soporto la estupidez ni la superficialidad,
Y nunca me siento sola cuando estoy sola,
más bien la multitud me causa ansiedad y un vacío enorme.

No pretendo pregonar mi estilo de vida en absoluto,
cada uno es lo que le ha tocado vivir,
pero también pienso que de alguna manera he abierto los ojos,
y por eso puedo tener misntras tanto mi camuflaje sin que noten alguna diferencia,
pasando ser como ellos, hasta comprendiendo lo que piensan,
pero ellos jamás jamás podrán ser como yo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

“A veces voy a una tienda a comprar ropa y no me importa lo que pueda gastar, sólo me imagino a mí misma con cada prenda, en un lugar específico y con la idea de que todos me estén contemplando. Cuando salgo de la tienda con todas mis bolsas me siento bien, de que vean todo lo que he comprado, que tengan envidia de mí...”

Eso sonaba interesante, pero ahora te pones depre y ya no eres coherente con lo que decías


"no me gusta entrar a lugares concurridos donde lo más importante sea ser observado,
no me importa tanto la apariencia".

¿En qué quedamos, Martina?

nico electro dijo...

lo que pasa con martina es que es VOLUBLE, nada más.

Martín Mantra (a.k.a.) El Mantra (a.k.a.) Capitán Godzilla dijo...

En palabra de María- Marie: "yo diría que los Mantra nos ubicamos dentro de algo que bien podría llamarse irrealismo lógico y que empieza y acaba de definirnos a la perfección: mínimas esquirlas de lógica, como las luces en los trajes de los charros, bordados sobre la amplia y cotidiana tela de lo irreal e imposible"

mati dijo...

todo ok, pero podrias pensar un poquito eso de llevar el mismo jean una semana??? ...